Curación con cristales


Los cristales han sido usados durante milenios para curar y dar equilibrio. Funcionan mediante resonancia y vibración. Puedes beneficiarte de los cristales en el tratamiento de dolencias comunes. Algunos cristales contienen minerales conocidos por sus propiedades terapéuticas. El cobre, por ejemplo, reduce la hinchazón y la inflamación. Los antiguos sanadores también sabían que mientras algunos cristales son energetizantes o calmantes, hay otros que simultáneamente sedan el órgano hiperactivo y estimulan el perezoso. Hay cristales que curan con rapidez, aunque pueden provocar un choque curativo, mientras que otros operan con mucha más lentitud. Si quieres tratarte un dolor, puedes hacerlo con cristales. El dolor puede ser producto de un exceso de energía, de un bloqueo o de una debilidad. Un cristal fresco y calmante, como el lapislázuli o el cuarzo rosa, sedará la energía, mientras que la cornalina la estimulará y el cuarzo catedral será excelente para aliviar el dolor, cualquiera que sea su causa.
Los cristales son excelentes para tratar los dolores de cabeza. El lapislázuli aliviará rápidamente una migraña. Pero tienes que saber qué causa el dolor de cabeza. Si está causado por el estrés, la amatista, el ámbar o la turquesa situados sobre la ceja lo aliviarán. Pero si está relacionado con la alimentación, lo apropiado será una piedra que relaje el estómago, como la piedra de la luna o el citrino.
Los cristales curan holísticamente. Es decir, operan a todos los niveles del ser: físico, emocional, mental y espiritual. Realinean las energías sutiles y disuelven la alteración llegando a su causa raíz. Los cristales funcionan por vibración, reequilibrando la envoltura biomagnética que rodea e interpenetra el cuerpo físico y activando los puntos de vinculación con los chacras que regulan la estasis vibracional corporal. Volviendo a reequilibrar los chacras es posible mejorar muchos estados característicos de las enfermedades físicas y psicológicas.
Los cristales han estado vinculados con ciertos órganos y partes del cuerpo durante miles de años. Muchas de las conexiones proceden de la astrología tradicional, tanto oriental como occidental.

Extraído del  libro: "La Biblia de los Cristales" by Judy Hall